lunes, 4 de abril de 2011

Los trastornos de sueño más extraños

Las enfermedades relacionadas con el sueño son tan desconocidas, como en algunos casos tremendamente duras, ya que quien más o quien menos, todos necesitamos dormir. El problema es, que no todas las personas son capaces de hacerlo, o por lo menos, en condiciones normales, siendo estas las enfermedades y trastornos más extraños relacionados con el sueño:

10. Bruxismo. Es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin propósitos funcionales. El bruxismo afecta entre un 10% y un 20% de la población y puede conllevar a dolor de cabeza y músculos de la mandíbula, cuello y oído. Una forma de tratar este hábito es con terapias antiestrés. En el grado mayor de la enfermedad, las personas que sufren bruxismo terminan teniendo graves enfermedades en su estructura dental.

9. Apnea del Sueño. Es el más frecuente de los trastornos respiratorios que se producen durante el sueño, ya que afecta a alrededor del 4 por ciento de los adultos. Este trastorno del sueño se debe a episodios repetidos de obstrucción o colapso de la vía aérea superior que tiene lugar mientras la persona afectada duerme. Esto provoca un colapso, bien mediante la reducción (hipopnea) o bien mediante la detención completa (apnea) del flujo de aire hacia los pulmones, y puede producir, entre otros efectos, una disminución de los niveles de oxígeno y un aumento del nivel de anhídrido carbónico (CO2) en la sangre, así como un pequeño despertar a menudo subconsciente (arousal), que permite recuperar la respiración normal hasta que se produce el siguiente episodio. Como consecuencia, los principales síntomas de este trastorno son: somnolencia excesiva durante el día, trastornos respiratorios, cardiovasculares e intelectuales.

8. Sonambulismo. Seguro que conocéis a más de una persona con este trastorno, lo cual no deja de ser sorprendente que haya gente que llegue incluso a salir de su casa y ponerse a conducir estando dormidos.
Como curiosidad hay que decir, que el sonambulismo ha sido usado raras veces como defensa (a veces exitosa) en juicios por casos de asesinato.

7. Narcolepsia. Se caracteriza por la presencia de accesos de somnolencia irresistible durante el día, es decir, que te puedes quedar dormido en cualquier momento y parte.
De acuerdo con estudios epidemiológicos, la prevalencia de este trastorno en la población adulta se ubica entre un 0,02 y un 0,16%, afectando en forma similar a hombres y mujeres.

6. Síndrome de las Piernas Inquietas. Este síndrome causa un deseo irresistible de mover las piernas. Las piernas se sienten incómodas cuando se acuesta o se sienta. Algunas personas lo describen como una sensación de que algo se arrastra, se trepa por sus piernas, un hormigueo o ardor. El movimiento ayuda a sentirse mejor, pero no durante mucho tiempo.
En la mayoría de los casos, no hay una causa conocida de SPI. En otros, el SPI es producto de una enfermedad o un cuadro como la anemia o el embarazo. Algunas medicinas también pueden causar SPI temporal. La cafeína, el tabaco y el alcohol pueden empeorar los síntomas.

5. Hipersomnia. Se caracteriza por una intensa somnolencia durante el día, que no es causa ni mucho menos de un sueño insuficiente, ya que quienes la sufren duermen entre 8 y 12 horas diarias, y aún así tienen problemas severos al despertarse, ya que se sienten confundidos y con grandes dolores de cabeza.


4. Trastorno de Conducta del Sueño REM. Consiste en un comportamiento anormal que está caracterizado por conductas tendientes a la agresividad durante la fase de ensoñación del individuo, el cual puede responder a sus experiencias irreales creadas por su mente llegando al punto de exteriorizarlas físicamente a través de gritos, golpes y diversos tipos de actos violentos leves y en el caso de producirse realmente dicho trastorno esto dejaría de ser algo considerado normal a pasar a patología psiquica.
Los pacientes pueden tomar medidas de autoprotección como atarse a si mismos a la cama, con almohada barricadas o dormir en una habitación vacía en un colchón.

3. Síndrome de la Cabeza Explosiva. Es una condición en la que el paciente escucha, o más bien, siente un sonido extremadamente fuerte, generalmente descrito como un estallido que procede de su propia cabeza lo cual sucede una o dos horas después de que uno se ha echado a dormir. Al parecer, su aparición tiene una correlación directa con episodios de intenso estrés o cansancio.
La causa del síndrome de la cabeza explosiva es desconocido, aunque algunos médicos han reportado una relación con el estrés o la fatiga extrema. La condición puede desarrollarse en cualquier momento de la vida y son las mujeres quienes tienen más probabilidad de padecerlo.

2. Parálisis del Sueño. es una condición muscular producida por la atonía que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa mayoritariamente en los momentos en que el individuo está despertándose, quedándose dormido, o comenzando una fase REM del sueño.
Según la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño, la parálisis del sueño consiste en un período de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño (alucinación hipnogógica o forma predormital) o al despertarse, ya sea durante la noche o la mañana.
La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que el individuo duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar escenificar físicamente los ensueños, lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido.
Se dice que casi todas las personas tienen o han tenido algún episodio de parálisis en el sueño en algún momento de su vida, pero hay casos en los que es excesivamente frecuente. Yo mismo la he sufrido bastantes veces, por lo que si tenéis alguna duda más sobre ella, consultadla.

1. Insomnio Letal. Esta enfermedad se presenta entre los 50 y 60 años, de un día para otro, y los síntomas son devastadores. La persona no puede dormir, intenta en vano conciliar el sueño, pero logra un estado de letargo que no permite descanso. Las pupilas se contraen, aumenta la presión sanguínea, presenta sudoración. El enfermo llega a un estado de agotamiento donde pierde la homeostasis (equilibrio interno), no puede hablar, ni caminar. Pero su mente es capaz de pensar y darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Después de ocho meses, la fase final del insomnio lleva a un coma profundo y sin retorno.
Conforme avanza la enfermedad se produce una degeneración del sistema nervioso, a nivel del tálamo, que se manifiesta por insomnio intratable e irreversible, de instauración progresiva, con consecuente alteración severa del ritmo circadiano, estado mental, ataxia, hipertermia, trastornos vegetativos, sudoración, miosis y trastornos esfinterianos. A lo largo del tiempo se agrava el estado de confusión y las alucinaciones inducidas por la falta de sueño, para finalmente llegar al coma y provocar la muerte aproximadamente a los nueve meses.

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